¿Crees que alguna vez has podido tener algún comportamiento tóxico en el trabajo? ¿Tienes la impresión de que has podido llegar a causar daño a un compañero, proveedor o cliente con tu comportamiento? Hoy vamos a darte algunas claves para ayudarte a cambiarlo.
En nuestro anterior post sobre el comportamiento tóxico en el trabajo analizábamos cuáles eran los hábitos tóxicos más comunes en el entorno laboral y cómo podemos detectarlos. . Reflexionar sobre ello es el primer paso para cambiar las cosas y poder tomar conciencia del problema. Hoy queremos seguir avanzado en este sentido para darte algunas pautas y consejos sobre cómo puedes transformar un comportamiento negativo en positivo en el trabajo. 8 claves que nuestros clientes (coachees) trabajan en sus procesos de coaching y que te ayudarán sin duda a conseguir mejorar tu relación laboral.
1.- Solicita feedback
Si preguntarle a tu responsable o a un cliente importante te da demasiado miedo, es mejor que comiences pidiéndole feedback a un compañero en quien confíes. Pero ten cuidado, lo que se persigue al pedir feedback es información para tratar de erradicar algún comportamiento negativo, no para que “te dore la píldora” y reafirme que todo lo que haces está bien, no siendo así para tu compañero.
Una buena forma de recibir un feedback positivo es pidiéndole su opinión sobre tres cosas que piense que haces muy bien, siendo concreto, directo e incluyendo ejemplos de hechos reales de ese buen comportamiento. Después, puedes solicitarle otros tres en los que tu comportamiento, según su punto de vista, podría mejorar. Esto te ayudará, por un lado, a conocer que tienes comportamientos que son valorados y, por otro lado, te va a ayudar a tomar conciencia y reflexionar sobre los que te están indicando que puedes mejorar, entre los que podrían estar comportamientos tóxicos, ante lo cual podrías ponerte en acción para modificarlos. Un coach puede ser, como en el caso de Pablo en nuestro anterior post, un observador neutral que te ayude a examinar tus acciones de una forma más estructurada y sea un gran apoyo para transformar un comportamiento negativo en positivo.
2.- Crea tu plan de acción
Diseñar tu plan de acción te va a permitir identificar lo que es más importante para ti, permitiéndote realizar un seguimiento -medir- de cómo vas consiguiendo la transformación de tu comportamiento. Aunque tengas definido tu plan de acción, es muy normal (sobre todo al principio) que, bajo estrés, aparezcan de nuevo comportamientos tóxicos como: juzgar a los demás en silencio, criticar abiertamente a tus compañeros, etc. Tener conciencia de estos comportamientos tóxicos ahora que ya has decidido cambiarlos te puede generar más estrés, aún si sientes frustración por no poderlos cambiar. Por eso, es bueno que consideres pedir ayuda. Si decides hacer un proceso de coaching, tu coach se encargará de ayudarte a gestionar esas emociones de frustración, de impaciencia por conseguir cambiar esos comportamientos. Un buen profesional del coaching te va a facilitar herramientas y técnicas que te ayudarán a la hora de gestionar tus emociones y alcanzar los objetivos que habías identificado para tu plan de acción.
Algunas de las herramientas y técnicas que nosotros utilizamos para lograr estos objetivos y esta gestión de emociones están basadas en inteligencia emocional, en programación neurolingüística (PNL), en coaching sistémico (mindfullnes).
Para saber más sobre cómo crear tu plan de acción, visita este enlace
3.- Practica la introspección
El cambio de hábitos requiere de mucha reflexión. Tienes que ser consciente de lo que estás haciendo, de qué es lo que quieres cambiar. Para ello, necesitas dedicar tiempo a la introspección. Algo que te puede ayudar es incorporar, a tu día a día, prácticas que te faciliten dicha introspección.
Crea espacios para reflexionar sobre tu comportamiento. Por ejemplo, pasear sin ningún propósito en mente o meditar. Elige tú la práctica que te resulte más fácil para que tu mente fluya hacia esa reflexión. Hacerte preguntas también puede ser de gran ayuda:
-¿Para qué personas pienso que soy tóxico?
-¿Dónde me estoy comportando de una manera que no me gusta y hace que después me arrepienta?
-¿Con quién suelo tener ese comportamiento que quiero cambiar?
-¿En qué situación me encontré actuando de una forma que no me gusta?
-¿Qué estaba pasando?
Las respuestas a estas preguntas te van a dar pistas de gran utilidad para ponerte en acción y comenzar esa transformación de comportamiento que has decidido realizar.
4.- Haz pequeños descansos durante el día
Es muy común que nos sintamos atropellados diariamente por el trabajo, y eso hace que la adrenalina llegue a unos niveles muy altos. Esto es muy común cuando comenzamos en una nueva empresa, por nuestro afán de no decepcionar y de demostrar lo profesionales que somos. También ocurre cuando teletrabajamos, como muchos de nosotros ahora… ¿No estás dedicando más tiempo a tu trabajo que en la oficina, atendiendo emails, videoconferencias y llamadas hasta altas horas de la tarde para que tu responsable y compañeros no piensen que no le dedicas todo tu tiempo a desarrollar tus tareas?
Puedes llegar a sentir que el trabajo te absorbe y esto se traduce en que, inconscientemente, estamos secuestrando a nuestro sistema nervioso autónomo. Este sistema controla las acciones involuntarias de nuestro cuerpo, como los latidos de nuestro corazón y el estrechamiento o ensanchamiento de nuestros vasos sanguíneos. Cuando se sobrecarga, se mantiene en un estado de activación constante pudiendo causar serios problemas cardíacos, de presión arterial, dificultad para respirar… y en consecuencia, nuestra capacidad de gestionar nuestro estado emocional.
Mantener este estado de estrés no es sostenible. Llegará un punto en que te colapses y esto hará que lo pagues, por ejemplo teniendo un mal comportamiento con los demás. Ninguna de estas opciones es buena. Una forma práctica de evitarlo es darte pequeños descansos durante el día para reiniciar este sistema crítico. Esto te ayudará a estabilizarlo, mejorando tu salud física. Así, se te hará más fácil gestionar tus emociones en tu entorno laboral y, por tanto, te facilitará la gestión de esas acciones tóxicas que deseas cambiar.
5.- Trabaja en gestionar tus emociones
Si deseas transformar tu comportamiento negativo en positivo, es primordial que te cuides. A menudo el comportamiento negativo surge como reacción al estrés. Gestionar nuestro estrés de forma consciente nos puede ayudar a responder más positivamente ante una situación incómoda que se nos presente.
Gran parte del comportamiento tóxico se debe a esos momentos en que nos sentimos fuera de control y lo pagamos con el primero que nos encontramos, ya sean compañeros, responsables, etc. Y no solo podemos estar causando daño a otros, sino que nos lo estamos causando a nosotros mismos. Para poder regular ese descontrol, es imprescindible que te cuides y que gestiones tus emociones. Es así como vas a conseguir tomar, poco a poco, el control de tus impulsos y, por tanto, de esos comportamientos negativos que no te gustan tener.
6.- Identifica si tienes algún conflicto con tu empresa
En algunas ocasiones, el comportamiento negativo puede deberse a alguna discrepancia en el entorno laboral. Puede deberse a tu rol, a tu responsable o incluso a la cultura de tu empresa. Aquellas personas que continuamente están en conversaciones de pasillo para obtener más información sobre lo que pasa en la empresa o que expresan su descontento con el equipo directivo, posiblemente tengan un conflicto en juego.
Cuando existen problemas de discrepancia con la cultura de la empresa, el fracaso está asegurado. Y si te lo puedes permitir, la salida puede ser tu mejor opción. En estos casos, algunas situaciones son las que suelen sacar lo peor de nosotros. En una compañía podemos ser amables, sentirnos relajados y tranquilos, y en otra encontrarnos nerviosos, malhumorados y con mal genio todo el día. Si tu entorno saca lo peor de ti, tal vez sea acertado plantearte salir de ahí o bien trabajar sobre tu gestión emocional para aceptar que tu empresa es así, encontrando el lado positivo que hace que “no salgas por patas” y dejar de dar foco a lo negativo. Por tanto, identifica lo que hace que sea un mal entorno para ti para trabajar en ello y no repetirlo en un futuro.
7.- Busca el origen y pide ayuda
Identifica el origen. ¿Qué estas sintiendo? ¿Qué te hace comportarte de esa manera que no es la que quieres? Profundiza. Seguramente no te sientas bien al hacer este análisis pero, si lo dejas, surgirán problemas subyacentes. Es imprescindible que sepas el origen de ese comportamiento tóxico para así poder transformarlo. Si a menudo sientes inseguridad, podría ser porque no te sientes valorado en el trabajo. Pero también puede ser un pensamiento que has desarrollado durante los años y que no refleja la realidad. Sentirse inseguro es una alerta de un comportamiento negativo. Dedícale tiempo a identificar el origen de este tipo de sentimientos. A veces solo es cuestión de reforzar tu confianza, y un profesional del coaching (coach) te puede ayudar.
8.- Identifica dónde lo haces
Mi madre desde siempre dice que menos es más, que cuanto más sencillas son las cosas, más lucen y más se disfrutan. Esto mismo se aplica a la hora de comportarnos. Tu mayor activo en exceso se puede convertir en un pasivo. Si te gusta el chocolate, ¿no te ha pasado alguna vez que, al tomarte una primera taza de chocolate cremoso, te ha sabido a gloria y por eso has vuelto a tomarte otra taza? Llegas a sentirte algo empachado ¿verdad? Eso es porque te has excedido. Lo mismo pasa con nuestras fortalezas. Cuando las exageramos pueden ser como esa segunda taza de chocolate, lo que solía sentarte bien ahora te sientan regular.
Las personas más susceptibles a esto suelen ser las personas que “tienen que tener” la razón “sí o sí” y aquellas que son controladoras, quieren sentir que lo controlan todo. Tal vez hayas creado procesos para que tu equipo los lleve a cabo para desarrollar un trabajo mejor, y lo has realizado con toda la ilusión para que esté contento. Pero luego el resultado es que tu equipo se ha agobiado con tanto proceso, y el resultado ha sido todo lo contrario a lo que esperabas. Tu equipo está descontento y te evita. Ahora pasas de estar ilusionado a estar irritable, resentido y decepcionado. Esto es una señal de que algo está desequilibrado. Invierte parte de tu tiempo en identificar áreas para mejorar y llegar a un equilibrio que te permita mantener la ilusión y cumplimiento de tus expectativas (y la de los demás).
Es muy importante que sepas la diferencia entre la toma conciencia, reflexión y el autocastigarse. Nosotros somos nuestros mayores críticos y, como siempre aconsejamos a los demás, hagamos con nosotros mismos críticas constructivas que nos inviten a ponernos en acción para mejorar esos comportamientos que no nos gustan, pero siempre siendo amables con nosotros y pacientes con nosotros mismos, en el camino para lograr esos cambios.
El que hayas detectado algún comportamiento que deseas cambiar porque lo consideras negativo ya es un éxito, ¡enhorabuena! Ahora es cuestión de trabajar en ello para avanzar hacia ese cambio que deseas.
Si este tema te interesa de forma especial o si quieres saber más sobre alguno de los puntos que tratamos en este artículo, no dudes en ponerte en contacto con el equipo de Oblu Coaching. Como siempre, será todo un placer atenderte.