El comportamiento tóxico en el trabajo es algo más común de lo que pensamos. Hoy vamos a abordar este tema y te daremos las claves para detectar si tienes o has podido tener en algún momento algunos de los hábitos tóxicos más comunes.
Pablo era una persona muy inteligente, que se preocupaba intensamente por su trabajo. Era de ese tipo de personas a las que admiras y con las que al principio sientes que te encanta trabajar.
Era el típico profesional que se esforzaba por lograr los resultados que le fijaba su empresa, y le encantaba destacar por ello.
En su afán de alcanzar las metas que su empresa le marcaba, comenzó a cambiar su comportamiento, siendo mucho más duro con sus compañeros de equipo, generando incluso conflictos desagradables. A veces, su feedback llegaba incluso a ser cruel, ignorando las fortalezas y buena profesionalidad de su equipo, ya que solo hacía foco en lo que hacía mal o no se hacía bien.
Solía estar casi todo el tiempo de mal humor, irritable e insistiendo que él era el único que tenía razón en todo. Una noche casi llega a los puños con uno de los socios de su empresa…
En el momento en que se convirtió en manager, se dio cuenta de que sus acciones eran improductivas y de que su comportamiento tóxico se repetía una y otra vez. Abatido por su conducta, y consciente de que se había convertido en un compañero tóxico en el trabajo, contrató a una coach para ser acompañado en un proceso de coaching individual. Durante este proceso, tomó conciencia de que ese comportamiento comenzaba cuando pensaba que su equipo no veía las cosas importantes, y que solo él las detectaba. Era entonces cuando, en algunas ocasiones, alcanzaba esa agresividad.
Durante el proceso descubrió que su comportamiento comenzó a ser negativo cuando empezó a centrarse solo en los resultados, sin valorar el esfuerzo, la profesionalidad y capacidad de su equipo. Para Pablo fue desgarrador reconocer lo que provocaba su mal comportamiento, porque en realidad él valoraba a su equipo, y las personas que lo formaban eran importantes para él.
Mediante ejercicios que le facilitó su coach, Pablo comenzó a reconocer que ese tipo de pensamientos negativos -“ nadie de mi equipo ve lo importante que es esto, solo lo veo yo, son todos unos inútiles, no hacen nada…”- comenzaban a generarle emociones (rabia, impotencia, …) que se manifestaban físicamente (sudoración, mandíbula apretada, nudo en la garganta…).
(Si quieres profundizar sobre este tema, no te pierdas el post Pensamientos positivos, mejores sensaciones )
Fue entonces cuando decidió ponerse en acción para minimizar esta bomba para su mente y cuerpo. Comenzó a practicar mindfluness y a observar sus pensamientos y lo que estos le generaban, y lo hizo a modo de bitácora, diariamente. Hoy, Pablo ha logrado transformar su comportamiento. Ya no trabaja a sol y a sombra pero es más eficaz, eficiente, efectivo, y lo más importante: es más valioso para su equipo y empresa. Y esto lo ha conseguido porque aprendió a cuidarse mejor, a observar y dar seguimiento a los signos de estrés para así poder gestionarlos a través de lo aprendido en su proceso de coaching.
Este tipo de comportamiento tóxico en un compañero de trabajo es más común de lo que pensamos. La mayoría de nosotros nos hemos encontrado un compañero, jefe, o incluso con un cliente… al que hemos temido (al menos alguna vez) en el transcurso de nuestra carrera profesional.
Estos comportamientos negativos en el trabajo causan altos niveles de estrés, que provocan agotamiento y desgaste emocional y físico. Nos hacen tanto daño que, a veces, incluso tememos ir a trabajar, porque antes de llegar al trabajo ya nos sentimos estresados. Incluso a muchas personas les afecta tanto que llegan a padecer insomnio y depresión. La buena noticia es que algunos, como Pablo deciden poner solución.
¿Te has planteado alguna vez si has podido ser tú ese compañero tóxico en el trabajo? ¿Si has podido causar algún daño a tus compañeros, a un proveedor, a un cliente? Preguntarse si alguna vez has podido ser una persona tóxica es una buena señal, pues quiere decir que estás tomando conciencia y estás abierto/a a aprender a transformar tu comportamiento negativo a positivo, como hizo Pablo.
¿Quieres saber si eres un compañero tóxico en el trabajo? ¿Tienes algún hábito tóxico?
Aquí te damos los cinco más comunes:
1.- QUERIENDO TENER SIEMPRE LA RAZÓN Y ESTAR EN LO CORRECTO
Estas personas están enfocadas en encontrar siempre la solución correcta, (o más bien la que para ellas es la correcta). Suelen discutir, sobre todo cuando los demás no están de acuerdo. Su necesidad de acertar hace difícil la colaboración, crea obstáculos en el avance y hace que el trabajo sea un suplicio.
2.- SER LADRONES DE ENERGÍA
Este tipo de personas se sienten infelices y no sienten que tengan poder para cambiar la situación. Esto les hace mantener una lucha interna y externa que hace derivar al egocentrismo. Este comportamiento alimenta el desgaste de los demás, pudiéndoles hacer sentir que sus ideas y experiencia no pintan nada.
3.- HACER MICROGESTIÓN CONSTANTE
Suelen ser personas a las que les encanta crear procesos para su equipo pero que, a la vez, pueden pecar de ser inflexibles si no consiguen que los demás sigan sus pautas exhaustivamente. Este tipo de comportamiento puede llegar a ser desmesuradamente controlador, limitando las habilidades y capacidades del equipo.
4.- CRITICAR DURAMENTE
Son personas que suelen calificarse como que son muy directas, pero los demás sienten que intimidan y acosan. Realizar este tipo de críticas puede llevar a la confrontación e incluso a avergonzar a los demás, sobre todo cuando se hace públicamente. Esto genera inseguridad y miedo en el equipo, que hace que las personas quieran salir de él lo antes posible.
5.- GENERAR CHISMES CONSTANTEMENTE
Este hábito lo suelen adoptar personas cuando no saben qué está pasando y quieren obtener información como sea y la que sea, incluso llegando a profundizar en cotilleos tóxicos. Son los llamados “chismes de pasillo”, que ahora son muy comunes en grupos de WhatsApp de trabajo. Esto suele contagiar a otras personas, generándoles ansiedad e incluso, a veces, paranoias. Los chismes constantes sobre los managers, compañeros o sobre nuestra empresa suelen desembocar en la creación de una cultura negativa.
Llegados a este punto, el siguiente paso sería empezar a trabajar para tratar de transformar ese comportamiento negativo en positivo. ¿Cómo hacerlo? ¿Qué pasos dar para crear tu plan de acción? Si el tema te interesa, no te pierdas nuestro siguiente post: ¿Cómo transformar un comportamiento negativo en el trabajo en positivo? 8 claves que harán que lo consigas.
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