Una de las mayores motivaciones y objetivos que tenemos en nuestra vida es el amor, compartir nuestra vida en pareja. Los que tenemos pareja a veces no entendemos por qué, a lo largo de los años, el enamoramiento que experimentamos al principio de nuestra relación no se mantiene. Y nos empeñamos en sentir las “mariposas en el estómago” que nos mantenían en ese permanente estado de enamoramiento.
¿Lo que más te atrajo de tu pareja ahora ya no es tan importante para ti o incluso ya no te gusta?, ¿las bromas de tu pareja que te hacían reír ahora las sientes como impertinencias?, ¿lo que más admirabas de tu pareja ahora lo sientes como algo mediocre o no tan admirable? Y tú, ¿eres la misma persona?, ¿sigues siendo tan divertid@ como cuando te conoció tu pareja?, ¿le demuestras tanta pasión como cuando comenzaste tu relación?, ¿eres tan flexible y comprensiv@ como al principio?, ¿sigues teniendo los mismos intereses y motivaciones que os unieron?
No me gustaría que tus respuestas a estas preguntas te hicieran sentir culpable, ni que te sientas en un estado de frustración o fracaso. Son preguntas que te ayudan a tomar conciencia de que tu vida y personalidad están en constante evolución y cambio, y adaptarse a ello no es tarea fácil, pero sí puedes hacerlo de una forma que te permita crecer, y aceptar las nuevas circunstancias para conseguir el nivel de satisfacción que deseas.
Es por ello que a muchas personas que nos cuentan su insatisfacción en el amor, con su pareja, le explicamos cómo las parejas pasan por diferentes etapas y que está en ellos el querer aceptarlas y enriquecerse en cada una de ellas o abandonar. Esa es tu decisión y eres tú quién mejor conoce lo que te hace realmente feliz.
Según John Gottman, reconocido psicólogo por su trabajo sobre la estabilidad marital y el análisis de relaciones a través de observaciones científicas directas, el amor en las parejas pasa por las siguientes fases:
Fase 1: Enamoramiento
Es en esta fase en la que existe mayor atracción y admiración por la otra persona.
Cuando te enamoras se desencadenan los llamados neuroquímicos del enamoramiento que hacen que tu percepción del mundo cambie, y hacen que sientas emociones positivas de una gran intensidad hacia el otro.
Te sientes maravillosamente bien y con una vida plenamente feliz junto a esa persona que tanto te gusta.
Es cuando más ilusión te hace sorprenderla, cuando le muestras más comprensión y cuando no te fijas en los aspectos que os diferencian, encontrando constantemente y reafirmando vuestros puntos comunes.
Y como no quieres salir de ese mundo ideal en el que te encuentras, evitas las discusiones para no perder la magia en la que os encontráis sumergidos y que te hace sentir tan especial.
Son el deseo y la pasión los dos aspectos que más destacan en esta fase.
Fase 2: Construyendo confianza
Al principio de esta fase es cuando pasas a conocer más profundamente al otro, dejando de idealizar. Es cuando decidís formar una pareja estable.
En este momento es cuando comienzas a descubrir y ser consciente de las diferencias que tenéis y, a la vez,tu pareja descubre cómo eres realmente tú, pues es cuando te muestras tal y como eres. Aparecen discusiones por esas diferencias pero, al mismo tiempo, ambas personas se sienten seguras con el otro y crece la confianza entre ellas.
Desde las primeras discusiones es saludable llegar a acuerdos en los que ambos estéis cómodos y satisfechos, pues los acuerdos unilaterales no nos van a llevar a buen puerto. Para ello es importante que te comuniques de forma asertiva, escuchando atentamente y empatizando con tu pareja.
A medida que vas avanzando en esta etapa es cuando decides si deseas formar una familia con tu pareja, es el momento de analizar si los objetivos de vida que tenéis son comunes o no, si deseáis vivir juntos, tener hijos, etc. Si decidís seguir adelante, aparecerá la ilusión de compartir un hogar, unos hijos, un proyecto en común.
Sabemos que la convivencia, a veces, puede tener momentos de dificultad y que nos hagan perder la pasión, el entusiasmo y, en algunos casos, entrar en un estado de inercia por no afrontar la situación, poniendo de excusa a los hijos, por ejemplo. ¡Es el momento de replantearse la relación!
La indiferencia y el no actuar, no resuelven los problemas. Tal vez es momento de innovar, de crear espacios en los que puedan transformar en momentos de placer con tu pareja, como hacer viajes o retomar aficiones en común. También es momento de analizar y sincerarse para saber diferenciar si se trata de desgaste o si por el contrario se acabó el amor. En cualquier caso, hablar con sinceridad y respeto, llegando a acuerdos para encontrar una solución, sea para seguir juntos o por separado, es lo más sano para ambos.
Si consigues salir de estas crisis manteniéndose en pareja de forma sana, ello supondrá un crecimiento y fortalecimiento en la relación. Si no es así, lo más probable es que aparezcan dudas, te frustres, te decepciones, y esto te produzca tristeza e incluso ira.
Este tipo de crisis pueden darse alrededor de los 2 o 3 primeros años e incluso se pueden repetir a lo largo de los siguientes. Por ello es tan importante que desde la primera discusión seamos capaces de comunicarnos y llegar a acuerdos sanamente.
La construcción de la confianza de pareja se basa en empatizar con el otro:
- Sé consciente de lo que le produce dolor o malestar a tu pareja
- Sé tolerante con tu punto de vista y el de tu pareja
- Escucha de forma atenta a tu pareja y no te pongas a la defensiva
- Comunícate de forma asertiva con tu pareja
- Llega a acuerdos desde el respeto y por un bien común
Fase 3: Amor maduro
Hoy en día pocas son las parejas que logran llegar a esta etapa, pero si lo logras podrás experimentar cómo las cosas se vuelven más sencillas y placenteras. Eres consciente que tu pareja no es perfecta, y aunque conoces perfectamente lo que te gusta y no te gusta de tu pareja, pero la entiendes y aceptas. Es cuando se comienza a sentir un amor real y sólido.
El motivo de que las parejas no lleguen a esta fase es porque se cuestionan su escala de valores personales y las de pareja, o porque aparecen nuevos intereses debido a cambios en el sistema de la pareja, ya sea por la ampliación del sistema o por otros motivos como pueden ser la independencia de los hijos, la jubilación, enfermedades, etc.
Cada vez nos encontramos a más parejas que se separan cuando los hijos son más independientes o han logrado, como pareja, los objetivos que compartían en las anteriores fases. Y en ese momento es cuando se plantean, de forma honesta, que no desean seguir al lado de su pareja porque se dan cuenta que sólo les unían los proyectos que tenían en común y no el amor; al finalizar esos proyectos deciden finalizar con su relación.
Sin embargo, las parejas que llegan, pueden encontrarse con un reencuentro debido a que sientan que las exigencias, responsabilidades y cargas de la vida son menores, y les facilite centrarse más en su pareja, para compartir nuevos proyectos.
Si llegas a esta fase, sabes que tu relación tendrá momentos difíciles, pero que con amor y respeto es capaz de superar las diferencias y conflictos que se presenten. Habéis creado una conexión más profunda, y es cuando sientes que juntos tenéis la fuerza para lograr ser felices.
Ahora eres consciente de que el amor se construye y se cuida día a día y no porque pase el tiempo. Muchas parejas continúan juntas después de años y años, pero realmente lo único que les une es una dependencia emocional (co-dependencia) que lleva al deterioro.
Si, por el contrario, decides seguir con tu pareja a pesar de esas cosas que no te gustan y sabiendo que no es la misma persona que conociste, recuerda que tú tampoco lo eres. Es porque la pareja ha sido capaz de crecer, evolucionar y consolidarse.
Algunas reflexiones
Estas etapas están basadas en estudios científicos, pero conozco a parejas que llevan más de 40 años juntas, en las que el amor continúa, incluso la pasión. Son parejas que han ido creciendo y evolucionando individualmente y en conjunto. Que se han ido reinventando, adaptando y sobre todo aceptando y admirando.
También conozco a personas que deciden seguir con sus parejas si se sienten enamorados y si no es así, han preferido optar por encontrar de nuevo a personas que les hacían sentir las “mariposas en el estómago”.
Otras aguantan toda la vida por el que dirán, por no querer decepcionar a alguien (su familia, amigos, entorno social), por temor a que sus hijos sufran (si los tienen), incluso porque les supone un fracaso personal y se frustran. Pero de cara a la galería pueden parecer parejas ideales.
Lo importante es que te sientas feliz, sea en pareja o no, tanto si llegas a pasar las tres etapas como si te quedas en la primera, en la segunda o en la tercera.
Una relación de pareja sana construye cimientos sólidos, decidiendo entre los dos los materiales y estructuras adecuadas para consolidarse como pareja. Una pareja es dueña de tomar las decisiones y acuerdos que desee, de forma consensuada, porque le satisfaga. No sigas normas ni acuerdos estándares por el hecho de que los aprueben los demás. Las normas y acuerdos de una pareja los decide la pareja.
Todas las personas somos libres de decidir si deseamos seguir con nuestra pareja o no, y de comenzar nuevas relaciones, o no.
Como la energía, el amor se transforma, pero no se destruye, ya decidas seguir con tu pareja o no.
Lo importante es que seas feliz.
Llegados a este punto, ¿qué nivel de satisfacción sientes que tienes con tu pareja, del 1 al 10?, ¿te sientes feliz con la relación que mantienes con ella? Intenta detectar tu grado de satisfacción, en este aspecto, utilizando “la rueda de la vida”, ver nuestro anterior artículo: La rueda de la vida: ¿cuánto de feliz te sientes?
- ¿qué te gusta y no te gusta de tu pareja?
- ¿qué cosas cambiarías?
- ¿sientes que tienes una relación sana?
- ¿te comunicas de forma asertiva con ella?
- ¿la admiras?
- ¿puedes y quieres hacer algo para mejorar tu relación?
- ¿deseas seguir con ella?
- ..
¿Has decidido mejorar tu satisfacción con respecto a la relación con tu pareja?, si es así haz tu plan de acción, detecta los objetivos y metas que te van a permitir mejorar tu grado de satisfacción en este aspecto. Recuerda que en anteriores artículos te hemos puesto algunos ejemplos de cómo hacerlo.
Al igual que en el ámbito de familia, aplicamos técnicas y herramientas de coaching sistémico y otras para ayudarte a detectar cómo sientes que es tu grado de satisfacción en tu sistema de pareja, y cómo puedes mejorarlo.
¿Sientes que está pasando por un momento crítico en tu relación de pareja?, ¿te gustaría mejorar tu relación de pareja?, ¿te gustaría tener pareja, pero no encuentras a la persona adecuada?, …
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En nuestro próximo artículo seguiremos haciéndote preguntas, comentándote casos y experiencias que te facilitarán mejorar tu grado de satisfacción en el tiempo que dedicas para ti, a las cosas que te gustan a ti (ocio).
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